LA CARTA SEMANA

DE JOSEP MIRÓ I ARDÈVOL

El miedo al compromiso político

Apreciado/a amigo/a de El Corrent:

És una evidencia clamorosa que en el pueblo cristianos de nuestro país hay un gran temor al compromiso político.

Unos, porque consideran que ya es suficiente con la acción solidaria. Otros, porque ven la política como una cosa negativa, perjudicial. Y aun unos terceros, que creenque los cristianos como tales no deben estar presentens en la vida pública..

En relación con los primeros, cabe recordar que la acción solidaria que forma parte de la esencia del cristianismo desde su mismo origen es complementaria de la acción política a partir del momento en que el gasto que hace el estado es tan grande que significa prácticamente la mitad del gasto total de un país y que, por tanto, tiene en sus manos resolver problemas cruciales de humanidad o descuidarlos. Ayudar a la gente que lo necesita es un deber de todo cristiano, pero no puede prevalecer sobre la necesidad de compromiso político.

Nuestra sociedad es como una barca que tiene agujeros por los que entra el agua. Ayudar a los que lo necesitan es la tarea de sacar esa agua Pero hay otra que es determinante: tapar los agujeros de las injusticias por los que entra. Y esta es la tarea política. Y esta es una tarea política. Al final, de tanto sacar agua, lo que está haciendo es convertirse en cómplice de las injusticias..

A quienes ni siquiera se plantean el compromiso político, porque consideran que es una práctica insana, hay que recordarles que están actuando y pensando en criterios opuestos a los del magisterio de la Iglesia. Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco han reiterado una y otra vez que la política es una de las más altas manifestaciones de la caridad cristiana. Nadie está excusado de practicarla. Pero esta política no quiere decir afiliarse a un partido y menos en la situación actual. No significa ir por libre en un ambiente absolutamente adverso. Quiere decir organitzarse para actuar conjuntamente de acuerdo con una concepción cultural cristiana y una doctrina social cristiana.. Y estaes la respuesta que aporta La Corriente. Por lo tanto, nadie tiene excusa para decir que no puede hacerse nada. Ahora tiene un marco, una organización, unos objetivos y unos compañeros con los que actuar. En la medida que seamos muchos, el cambio necesariamente se producirá.

Esta semana te recomiendo:

¡Paz y bien!

Josep Miró i Ardèvol@jmiroardevol

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